La exelente producción que lograron los artesanos de la cultura Huari en relación a su calidad artística (uso de los colores y sus representaciones iconográficas), hicieron que los incas heredaran toda una tradición de textilería Andina alrededor del año 1200 aproximadamente.
Durante los casi 100 años de duración del Tawantinsuyo, si bien la tradición Andina continuó como base de esta expresión artística, ésta fue adquiriendo más variedades de acuerdo a la región en que se desarrollaba, ya que a la par iba adquiriendo técnicas desarrolladas por otras culturas anexadas al imperio. Logrando así, una gran diversidad de prendas de vestir y elementos de uso cotidiano en las que se pueden apreciar la variedad de colores, formas, tejidos y representaciones plasmadas.
En la actualidad, la tradición textil inca continúa desarrollándose en distintos poblados de los Andes, habiendo adquirido características muy diferentes de acuerdo al pueblo que la elabora.
Así fue pues, que dentro de este contexto de historia y mezcla de culturas se formó una pequeña prenda, que si bien era considerado como parte de la representación de la cultura Andina, mayor importancia no se le era asignada.
Sin embargo, para estos días la fama que ha llegado a obtener esta prenda, es realmente un orgullo para todos nosotros pues, a logrado representar y dejar al Perú como un país que no solo abunda en riquezas tangibles, sino también de riquezas artísticas.
El "chullo" típico de los Andes que se ha convertido en el complemento de moda no solo a nivel nacional, si bien es cierto que es valorado y admirado como arte netamente peruano, cabe mencionar que su origen está en el birrete español.
El "chullo" entonces, sería una prenda mestiza a la que se le agregaron orejeras y coloridos diseños incas, y que gracias a estos aportes esta prenda es considerada un arte hecho en el Perú.